sábado, 8 de diciembre de 2007


Estamos en la copa de un árbol, ¡sí que sabe trepar! No estoy para estas cosas, prefiero sentarme en un banco y escucharla, pero acá se hace lo que ella dice. Es su lugar, ¡bah!, su hogar.
Me explicó porque el otro día tuvimos que abandonar la charla, se sintió extraña. Nunca había hablado con alguien sobre ella en profundidad.
Por un largo rato hubo mucho silencio. Es lindo mirar todo desde acá arriba, se ve todo, y todo es todo. La plaza en su totalidad, las calles vacías, nunca se me hubiese ocurrido presenciar este paisaje. Las luces de los postes iluminan de una manera impresionable.
Lo único raro en el paisaje es... es que ella esta muy absorta en algo.
-¿Querés empezar a relatarme algo?
Dudo que me haya escuchado, su concentración era muy evidente, así que se lo repetí.
- Merlina, ¿querés hablar?
-Si si, lo siento, es que...
Sí, no lo dijo, era de esperarse. Ahí comenzó su relato.
"Cuando llegue acá, era una tardecita linda, apacible, yo tenia mi mochilita con unas ropas y un muñeco. Estuve caminando y recorriendo toda la plaza, desde los juegos hasta allá. (Señala un monumento que hay, nunca entendí bien para que lo hicieron, y quién es, pero al fin) No sabía muy bien que hacer, igual era muy chica, pero lo había decidido. Acá me quedo. Fue difícil adaptarme, la gente es muy criticona. Aunque tantos soportando eso me hicieron aprender que no me tiene que importar. Sin embargo al hacerle una pared imaginaria a la sociedad me aíslo más. Te puedo decir que me ayudó mucho poder conocer a los puesteros. Son una gente maravillosa. Deberías hablar con ellos.
No quiero hablar más."
Me sorprendí muchísimo. Pensé que no quería seguir con el relato, pero le pregunté:
-¿Por hoy? ¿O para siempre?
Vaciló bastante.
-Hasta que no hables con...
Y sacó un papelito arrugado y chiquito que decía: Pasaje Mompox 125. Hay alguien que puede ayudarte en esto de tu relato. Sé que es un cambio repentino, pero no te conozco demasiado, y sin embargo me abrí a vos. Necesito pensar.
-Lo entiendo, pero ¿con quién hablo?
Se bajó del árbol, y se marchó.
Definitivamente, hoy es una noche rara.
Voy a empezar una lista:
1. Hablar con los puesteros.
2. Buscar la dirección que me dio.
3. Llamar a:

Mejor me apuro, algo pasó.

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